En ocasiones, un análisis de sangre que nos realizamos por cualquier motivo relativamente cotidiano puede revelar un problema de salud más grave e insidioso. La policitemia vera es uno de estos trastornos.

La policitemia vera es un síndrome caracterizado por un importante aumento de las células sanguíneas, y principalmente los glóbulos rojos (aunque también glóbulos blancos y plaquetas). Este aumento espesa la sangre, lo que aumenta considerablemente el riesgo de sufrir trombosis y puede producir diversos problemas circulatorios.

Las causas son por ahora desconocidas (es decir, se trata de una enfermedad idiopática), aunque la mayoría de los pacientes (un 90%) sufre una mutación en un gen relacionado con los precursores eritroides (los precursores de los glóbulos rojos).

En muchos casos las personas con policitemia vera no muestran ningún síntoma visible, lo que hace que sea difícil de detectar y que de hecho lo común sea descubrir que el paciente padece policitemia durante un análisis sanguíneo por cualquier otro motivo.

Sin embargo, algunos pacientes pueden sufrir distintos síntomas como coloración rojiza de la piel, conjuntivitis bilateral, visión borrosa y otras alteraciones visuales, acúfenos, prurito, sensación de calor, cefalea, vértigo, insomnio, astenia, dolor abdominal, disnea, hipertensión, angina de pecho, agrandamiento del bazo y fenómenos trombóticos y hemorrágicos.

Precisamente, las principales complicaciones que puede provocar la policitemia vera están relacionadas con la formación de coágulos,

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