Casi todos hemos experimentado alguna quemadura, de uno u otro tipo, a lo largo de nuestras vidas. Se trata de lesiones especialmente molestas y dolorosas, que además requieren un cuidado especial para garantizar que sanen correctamente.
¿Qué es exactamente una quemadura y qué tipos hay?
Concretamente, por quemadura entendemos ciertos tipos de lesiones producidas por el sol, líquidos calientes, vapor, llamas, sustancias químicas, materiales incandescentes y electricidad principalmente. Por eso mismo, son relativamente comunes las que se dan en el ámbito de la cocina, por ejemplo, o las quemaduras solares.
En función de su gravedad, su causa y su localización, las quemaduras pueden solucionarse simplemente con primeros auxilios o pueden requerir de atención médica urgente.
Por ejemplo, las quemaduras leves en la piel no suelen necesitar atención de emergencia, pero sí podrían necesitarla si se producen en los ojos, la boca o los genitales, o si la sufre un niño pequeño o un adulto mayor.
Sea como sea, podemos clasificar las quemaduras según su gravedad en cuatro grados diferentes.
Las de primer grado son las superficiales: afectan únicamente a la epidermis, la capa exterior de la piel. Se reconocen porque la zona se presenta roja, seca y sin ampollas. Estas serían por ejemplo las quemaduras solares habituales.
Las de segundo grado son aquellas en las que ya existe daño en capas inferiores de la piel.