La cavitación es un método que no requiere cirugía para eliminar la grasa localizada a través de la utilización de ultrasonidos de baja frecuencia. Así, esta técnica suele utilizarse en clínicas de estética para eliminar la piel de naranja o la celulitis «devolviendo el aspecto normal, al tiempo que mejora la circulación, se eliminan toxinas y aumenta la elasticidad de los tejidos», explican en Sanitas.

Pero, ¿cómo funciona? Los ultrasonidos se aplican en la zona a tratar para «disolver las células adiposas desde su interior» y, después, eliminar la grasa a través de la orina o del sistema linfático.

Existen voces expertas que aconsejan esta técnica por su eficacia, mientras que otros consideran que no resulta un tratamiento idóneo para reducir la grasa corporal. En este sentido, este método está indicado para su aplicación en zonas corporales como el abdomen, los muslos, la espalda o los brazos y algunas de sus ventajas, según la Clínica Londres, son las siguientes:

Asimismo, no requiere anestesia ni es necesario un postratamiento, por lo que se realiza de forma ambulatoria y el paciente no necesita un ingreso hospitalario. Cada sesión puede durar aproximadamente 40 minutos y «es recomendable combinar esta técnica con presoterapia u otra de drenaje mediante masaje para facilitar la eliminación de la grasa».

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